El pintar casas o edificios puede ser un negocio rentable, si ofreces calidad, rapidez y precios competitivos en tu servicio. Todo mundo necesita darle una nueva mano de pintura a su casa de vez en cuando, o bien a una o varias habitaciones. Y claro está, también las instituciones o empresas necesitan lo mismo para sus instalaciones (oficinas, etc.).
No se requiere más que de práctica y buen gusto, para saber cómo pintar adecuadamente las paredes, dinteles, marcos de ventanas, etc., de una casa o edificio. También superficies horizontales, tales como canchas de tenis, por ejemplo. Y los instrumentos de este oficio son por demás sencillos: brochas de distintos calibres, baldes para mezcla de pinturas, escaleras, ropa y calzado adecuados para el trabajo (incluyendo una gorra que cubra la cabeza, así como protección de lentes plásticos para los ojos), y muy poco más, como por ejemplo plástico protector para el piso, alfombras etc.
En muchas ocasiones, el cobro de este servicio se hace tomando
Los clientes deberán encargarse de comprar los materiales necesarios, como lo son las pinturas (en los diversos colores que deseen) y diluyente para pintura, básicamente. Este negocio por lo general requiere de un mínimo de dos personas: el pintor y un ayudante. Aunque, claro está, el número de personas trabajando dependerá del tamaño del área a pintar y del tiempo disponible para la tarea, lo cual se acuerda con el cliente.
Este oficio puede convertirse en una verdadera profesión, de modo que puede llegar a ser un trabajo de tiempo completo, que inicies como persona individual para luego crecer como pequeña empresa, empleando a varias personas, adquiriendo bienes para realizar el trabajo (como una camioneta para transportar el personal y los equipos necesarios), etc.
Si emprendes este negocio, o si ya eres "pintor de brocha gorda" (una expresión coloquial para referirse a pintores de casas y edificios), regresa y cuéntanos tu experiencia; o si tienes comentarios o preguntas, estamos para atenderte.
