10 Características de los empresarios de éxito

10 Características de un empresario de éxito
Los empresarios de éxito tienen siempre ciertas características en común
Las personas que llegan a convertirse en emprendedores exitosos, tienen ciertas cualidades o características en común, que les permiten o facilitan alcanzar el éxito en los negocios. Estas características son innatas a la mayoría de los empresarios exitosos; pero también es cierto que con entrenamiento, perseverancia y mucha práctica, también pueden ser adquiridas y desarrolladas, hasta lograr convertirlas en parte del arsenal personal de conocimientos y habilidades que todo empresario debe tener, para triunfar en los negocios.

Veamos las 10 Características Emprendedoras Personales, que todo aquel que desee iniciar un negocio debe tener, o debe desarrollar:

1. Busca y aprovecha oportunidades.

El emprendedor de éxito es una persona que siempre está buscando nuevas oportunidades para hacer negocios diferentes a los que ya ha emprendido, o bien para mejorar la situación de aquellos en los cuales ya está trabajando. No se limita a hacer siempre lo mismo, en la misma forma. Está en constante actividad de búsqueda, para encontrar aquellas situaciones que le pueden resultar favorables y rentables. Estas oportunidades las procura a través de muchos medios: observando el entorno de su negocio, conversando con otros miembros de su empresa, con proveedores, con clientes o incluso con competidores; observando las tendencias sociales que tengan relación con el giro de su negocio, leyendo las noticias de todo tipo, etc. Una persona curiosa y con mente activa, descubrirá oportunidades de negocio en donde otros no las pueden ver o siquiera imaginar.

2. Es persistente.

Por cada éxito, habrás de transitar a través de noventa y nueve fracasos. O incluso más. Un empresario que en verdad aspire a alcanzar el éxito en los negocios, ni siquiera piensa en rendirse ante el primer problema que enfrente, ante cualquier obstáculo que se atraviese en su camino. Él o ella saben que los problemas y obstáculos son tan solo parte del trabajo, y que es precisamente tras la solución de cada uno, que se encuentra la olla de oro. Cada empresario o empresaria deberá ser tildado de terco, loco, inflexible, testarudo, cabeza dura, y otros muchos epítetos más, por las personas que precisamente, son las que se rinden fácilmente y culpan de sus fracasos a la "mala suerte". Un empresario verdadero, no tiene tiempo para quejarse de su suerte: simplemente, sigue insistiendo. Sabe que la suerte, no se tiene, sino que se hace.

3. Cumple con el contrato de trabajo.

Un empresario siempre cumple con sus compromisos. Jamás defraudará a un cliente, jamás será impuntual en la entrega de un pedido, jamás entregará un producto diferente al acordado. Cumplirá con aquello a lo cual se comprometió, a cualquier costo. Incluso si un negocio determinado con un cliente determinado, resulte en pérdida; porque sabe que es preferible perder dinero en una transacción específica, que perder un cliente, que significa muchas transacciones futuras en las cuales podrá recuperar ese dinero y multiplicarlo. Además, cumpliendo siempre con lo pactado, se gana algo mucho más valioso e importante que el dinero extra del momento: se gana y se conserva el prestigio del negocio y de su propietario/administrador. Y el prestigio, no tiene precio.

4. Exige eficiencia y calidad.

Un empresario de éxito, es sumamente exigente en lo que se refiere a la eficiencia en los procesos de producción de los artículos de su negocio, o en los procedimientos de prestación de sus servicios. Lo es aún mucho más con la calidad final de tales productos y servicios. No tolera la ineficiencia, el desperdicio de recursos, la pérdida de tiempo o materiales, y sobre todo no permite jamás la elaboración y/o entrega de productos a los clientes, si son de mala calidad, o sufren de algún defecto. El emprendedor que desee triunfar sabe que debe ser eficiente siempre, entendiendo la eficiencia como la consecución de los objetivos empresariales con los recursos mínimos necesarios; sabe también que la calidad es el bien supremo de una empresa, de un negocio. Escatimar recursos en la elaboración de los productos de la empresa, no solo no ahorra nada, sino que supone un costo posiblemente tan alto que podría hacer quebrar al negocio: el costo de ser asociado con mala calidad, y por lo tanto, el abandono de los clientes, que son lo más importante en la vida de toda empresa.

5. Asume riesgos calculados.

El empresario o emprendedor no es un jugador de póker, de dados o de ruleta. No deja las cosas al azar. Cuando asume un riesgo, es porque ha hecho antes su tarea: calcular las probabilidades de tener éxito en tal o cual negocio o transacción individual, y llevarlos a cabo cuando dichas probabilidades están a su favor. Esto no garantiza el éxito o el triunfo, porque el futuro es desconocido para todos, y los imprevistos posibles son casi infinitos. Sin embargo, le otorga al empresario la mejor chance posible de alcanzar su objetivo. Si un emprendedor que se precie de serlo, tras hacer cuidadosos cálculos llega a la conclusión de que el negocio en estudio no es conveniente, porque sus riesgos superan sus posibles beneficios, simplemente abandonará la idea y a otra cosa mariposa.

6. Fija metas.

Para poder llegar a algún lugar, lo primero y lo más lógico que debe hacerse, es especificar el lugar al cual se quiere llegar. Los empresarios de verdad, planifican su trabajo, y se trazan metas. Esto se convierte en una brújula para el barco empresarial, que le indica el norte hacia el cual viajar. Para establecer metas correctas y adecuadas, es preciso que estas metas tengan las siguientes características: 

   Ser alcanzables. Es decir, deben ser metas realistas, no sueños o deseos. Deben ser metas lógicas, y que puedan alcanzarse con los recursos y el tiempo disponibles.
    Ser medibles. Si una meta no puede medirse de manera fiable, no habrá manera de saber el momento en que se ha alcanzado o no. Por lo tanto, una meta debe poder medirse, en cualquier manera confiable: cantidad de dinero, de productos, cambios físicos, etc.
   Ser desafiantes. Las metas deben implicar retos verdaderos. No deben fijarse metas demasiado fáciles de conseguir, con la idea de que al alcanzarlas se mejorará la moral y la autoestima del personal; esto es contraproducente, pues lo que cuesta poco, poco se aprecia. Un buen empresario sabe esto.

7. Busca información.

Siempre que se quiera tener éxito en un negocio o empresa, habrá de contarse con el hábito de buscar información sobre el propio negocio. Es preciso volverse un experto en aquello a lo cual uno se dedica. No es posible triunfar si uno no llega a conocer cada detalle de la operación, cada pequeño secreto o truco de la profesión u oficio que desarrolla. Y dado que el mundo de los negocios está en permanente cambio y evolución, la búsqueda de información actualizada y valiosa, debe ser también constante: un insumo más para el trabajo de la empresa, y por cierto, uno de los insumos más importantes.

8. Planifica y controla sistemáticamente.

La planificación y el control en un negocio o empresa, por pequeños que éstos sean, debe ser parte de las actividades habituales del trabajo. No se puede planificar una vez, y luego nunca más hacerlo. Lo mismo sucede con los controles. Es necesario planificar sobre una base regular; la planificación debe ser de dos tipos: estratégica y operativa. La primera también es llamada planificación de largo plazo, y la segunda, de corto plazo. Por ejemplo, se puede establecer un plan de trabajo para 5 años; este plan sería estratégico, y diría en términos generales lo que la empresa o negocio realizará y logrará en 5 años. La planificación estratégica puede realizarse también en pequeñas empresas o pequeños negocios y de hecho es una muy buena costumbre, precisamente porque se debe planificar el crecimiento del negocio, que de pequeño podrá pasar a mediano o grande en un plazo determinado.

El control también debe realizarse regularmente, como una manera de conocer si lo planificado se está cumpliendo tal cual estaba pensado, o si existen desviaciones significativas que ameriten atención para su corrección, con el fin de volver al camino pre establecido. Esto podría significar importantes ahorros en costos al negocio. Trabajar sin controles periódicos en una empresa o negocio, sería similar a viajar en un automóvil que no tenga medidor de combustible, o de carga de batería, o de la temperatura del motor: en cualquier momento el vehículo se detendrá por un desperfecto que no fue detectado a tiempo, debido a la falta de controles.

9. Persuade y crea redes de apoyo.

El empresario o emprendedor es una persona persuasiva, convincente, capaz de hacer creer en su propia visión a las personas que trabajarán con él en diversas formas: socios, empleados, proveedores y por supuesto sus clientes. Se necesita establecer una verdadera red de apoyo, entre todos aquellos actores del entorno que tienen relación con las actividades del negocio, y que puedan favorecerlo para lograr sus objetivos. La mayoría de los emprendedores son personas extrovertidas y que hacen amistades y contactos fácilmente, contactos que luego serán aprovechados según las circunstancias en beneficio de la empresa. Esto no quiere decir que una persona tímida no pueda llegar a crear una muy buena red de apoyo, sino que le tomará quizás diferentes esfuerzos y creatividad. Pero en todo caso, tener apoyo de muchos colaboradores, es imprescindible para hacer triunfar un negocio, y un empresario de éxito, lo sabe.

10. Tiene autoconfianza.

Esta es quizás la característica personal más importante que un empresario o emprendedor de éxito debe tener: autoconfianza. Confiar en sí mismo, más allá de la incredulidad o el pesimismo de aquellos que le rodean y que le auguren fracasos y pesares. Es preciso confiar en sí mismo antes, para lograr que los demás confíen en uno. Es una característica estrechamente relacionada con la perseverancia, dado que quien cree en sí mismo, perseverará hasta dar con el éxito. El éxito en los negocios no viene por casualidad. Es producto de la confianza en sí mismo y de la perseverancia. Todos conocemos a alguien a quien definimos como una "persona exitosa", y si lo pensamos por un momento, descubriremos que una de las principales cualidades que esa persona tiene, es confiar en sí mismo, y no hacer caso de lo que los demás piensen.


Si estás pensando en convertirte en un empresario de éxito, o si ya has iniciado tu emprendimiento, analízate a ti mismo bien solo, o con ayuda de alguien de tu confianza y que sea muy sincero contigo, y descubre cuáles de estas características ya son parte de tu personalidad, y cuáles de ellas debes ejercitar para desarrollarla. Luego de esto, simplemente continua con tu camino hacia el éxito en los negocios.